Vamos a iniciar una aventura analizando cada uno de los 10 mandamientos.
Como plataforma nos interesa analizar la cultura y la sociedad a la luz de la Palabra de Dios.
Los 10 mandamientos son el fundamento que Dios dio para hacer florecer la nación de Israel.
Pensemos en ellos como filtros para saber qué tan cerca está la cultura que te rodea de lo que la Palabra de Dios pintaba como una sociedad guiada por El.
El primero es un mandamiento que hace toda la diferencia sobre nuestra percepción de la autoridad.
Las culturas que no tienen al Dios de la palabra pueden llegar a ser culturas crueles y egoístas. Como por ejemplo los indígenas en Latinoamérica; exigían sacrificios humanos, y auto laceraciones para satisfacerlos.
Con el Dios de la Biblia, si realmente es el Dios de esa nación, la autoridad se percibe como alguien que ama a su pueblo, no un dictador, o un tirano o un caprichoso.
Existen sociedades politeístas donde hay tantos dioses con tantas personalidades e intereses que es inevitable pensar que el mandato de un dios no es más que un capricho.
Otra cosa que sucede cuando no se tiene un solo Dios al que adorar es que el concepto pierde significado. Dios se convierte simplemente en una de las opciones, y cada quien puede promover en su vida como dios lo que sea y a quien sea.
Cada vez que en la Biblia se menciona que se aceptaba otro Dios en Israel venía con el desarrollo de conductas destructivas.
Recordemos a Salomón. Todos sabemos que gracias a todas las mujeres con las que estuvo empezó a dar entrada libre a muchos dioses. Aunque él fue el más sabio y el más rico, después de él es claro el declive de Israel como nación, empezando por su sucesor, pasando por la división del país, hasta el descenso moral de los israelitas. Esto se debió al levantamiento de altares y adoración a otros dioses, especialmente dioses que pervertían la imagen del Dios verdadero, como la diosa Asera (de la sexualidad y fertilidad) a quien llamaban "la esposa del dios de los cielos".
Esto puede ser tomado como un espejo del declive moral de nuestras naciones desde que se empezaron a alejar el vínculo entre Dios y las personas, desde que esa relación se empezó a distorsionar. Cada vez que en nombre de la tolerancia callamos ante esta distorsión frente a la injusticia en otras culturas y naciones permitimos que cada vez más se trate de nosotros o de un dios falso en vez de la voluntad de Dios.
Es vital ver la diferencia entre naciones basadas en principios judeocristianos y naciones basadas en otros dioses.
Es igual de importante no ignorarla después de verla.
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