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#HONROAMISPADRES

Actualizado: 12 ene 2021

5TO MANDAMIENTO: HONRAR A PADRE Y MADRE



Es curioso que este mandamiento no tiene ninguna especificación sobre cuál debe ser la conducta de los recipientes de esta honra. Esto es importante, ya que a veces decidimos calificar e incluso aceptar social y moralmente que se deshonren, rechacen o condenen padres en diferentes escenarios, por sus conductas. Pero esa distinción del trato de acuerdo a la conducta de los padres no es bíblica.


Un ejemplo de esto se da en Latinoamérica, con el endiosamiento de la madre y el desagrado hacia el padre. Claro que esto tiene sus raíces en la cultura de infidelidad y machismo que ha permeado la visión de la familia. Es común oír en esta región expresiones como "mi madre es una santa", "papa cualquiera, mamá solo una", entre otros. Esto es cultural, pero no es bíblico.


Hay otras culturas que instan a los jóvenes a salir de sus casas a penas son mayores de edad para "construir su propia vida lejos de los padres", para "cometer sus propios errores". Esto también puede ser una costumbre peligrosa, si es que implica una clausura de la posición de sabiduría y consejo que los padres siempre deben tener. Gracias a esta costumbre los jóvenes se limitan a ver a sus padres en ocasiones especiales como Navidad y Año Nuevo. Existen películas y chistes sobre cuán fastidioso puede ser re encontrarse con la familia y enfrentarse a sus puntos de vista, y opiniones sobre la vida. Esta como todas las mentiras culturales hacen daño y deben ser descubiertas con la Palabra de Dios.


Recordemos que en Israel Dios instauró como ley una cantidad considerable de festividades para celebrar, recordar y agradecer en familia lo bueno que El había sido con su pueblo. Festejaban la cosecha, la independencia, el jubileo, se acostumbraban a agradecer. Esto implicaba que los padres le contaran a sus hijos lo que Dios había hecho con su pueblo, cómo los había liberado. Consistía en pasar de generación en generación una herencia y una historia compartida, que debía ser honrada, celebrada y atesorada por los más jóvenes.


La Biblia menciona muchas veces la necesidad de no avergonzar a nuestros padres, y no deshonrar o desechar sus consejos. Ellos tienen un derecho dado por Dios para ser parte de nuestras vidas y de nuestro crecimiento. Aún si no fuera el caso, simplemente por ser mayores y tener más experiencia deberíamos valorar sus voces en nuestras vidas.


Muchas de las expresiones artísticas actuales son creaciones de personas con claras falencias y heridas no resueltas en relación con sus padres. Hay personas que pueden tardar 50 años superando los primeros 20 años de sus vidas. Los años formativos y cómo los procesamos pueden marcar el curso de nuestra historia en la tierra.


Es vital identificar las falencias y/o traumas no resueltos de nuestra niñez, y buscar sanidad en esas relaciones familiares pues tienen la capacidad de afectar la trayectoria de nuestra vida. Seguramente tú conoces personas adultas cuyas decisiones son completamente afectadas por las inseguridad provenientes de sus años formativos.


Para Dios es importante la reconciliación entre los padres y los hijos, tanto así que lo puso en la boca de profetas como una promesa para su pueblo.


Hablando de promesa, este mandamiento es una excepción. Es el único mandamiento con promesa, y una tremenda promesa. No es ligera la frase "para que vivas largos días en la tierra y te vaya bien".


Sería muy bueno que tengamos esa prioridad clara en nuestras sociedades.

¿Qué pasaría si fuera popular arreglar nuestras relaciones con los padres? Podríamos tener una bendición que fluye de generación en generación, avances y proyectos que continúan más allá de la vida de una persona. Tendríamos la construcción y continuación de legados que serían mucho más provechosas para nuestros países que la constante rebeldía y resentimiento que vemos actualmente.



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