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#ENDONDEMEMETO



Cuando las personas son egoístas las sociedades no prosperan y crecen en injusticia. Los cristianos deberíamos sentarnos a pensar en lo difícil que puede llegar a ser el hecho de salir de un esquema mental complejo que es reforzado por cada campaña publicitaria.


#3 Participar en proyectos que traigan el cielo a la tierra


No lo hacemos, por eso no entendemos la magnitud y la profundidad de la lucha que tenemos en frente, una lucha llena de motivaciones intrínsecas bien arraigadas. Ese es el plan del enemigo, una iglesia dormida e inconsciente de la realidad que enfrenta. Piénsalo, si tú fueras la persona que odia y quiere exterminar a un enemigo, pero no tienes la fuerza para hacerlo en batalla ¿Qué harías?


Seguramente sería fanfarronear que eres más poderoso de lo que eres para asustar a tu adversario o distraerlo completamente, decirle que la pelea es en 3 semanas y le caes de sorpresa cuando no esté preparado. Son pensamientos básicos de alguien que sabe que tiene las de perder. Es exactamente lo que ha hecho el diablo con el pueblo cristiano, amedrentarlo y/o distraerlo.





Ideas como el humanismo han permeado la manera en la que percibimos muchas cosas, pensemos en la psicología; en este momento existen taaantos ejemplos de la tergiversación de la autoestima que utilizamos palabras como "amor propio" o "soy mi mayor proyecto". Frases que no tienen ningún fundamento bíblico, y si somos objetivos, ningún psicólogo académico anda defendiendo el amor propio tampoco.


Es una tendencia que no viene de la fe ni de la ciencia, viene enteramente del narcisismo. Qué mejor distracción que uno mismo, con quien tiene que estar todo el tiempo.


Esto hace que muchas personas abandonen proyectos porque no se sienten valorados o porque no es lo que les apasiona en el momento. Incluso hay los que nunca inician un proyecto porque sienten que no los satisface ni les hace felices, sin siquiera intentarlo. Si no tenemos cosmovisión bíblica y no interpretamos nuestras vidas desde la palabra de Dios podemos caer fácilmente en esta trampa de inercia infinita.



Esta concentración en la satisfacción personal alimenta de manera sorprendente el ego, y logra otro propósito del enemigo, que seamos mirados de lejos por Dios. Que exista una brecha entre nosotros y el Cielo. Esto hace imposible tener la capacidad de identificar la voz de Dios en nuestro diario vivir, para saber en qué proyectos invertirnos y en cuáles no.


Hay proyectos que en vez de ayudar a traer el cielo a la tierra lo que hacen es magnificar los deseos de un individuo en la tierra, operar desde sus heridas, alimentar su ego, engrandecer a la persona en vez de engrandecer a DIOS. No que todo lo que hagamos tiene que tener a Dios tatuado en la frente, pero sí debemos hacerlo todo con dios tatuado en el corazón. Entendiendo que la mejor inversión de nuestro dinero y tiempo es el avance del Reino de los Cielos.


No todos los proyectos traen el Cielo a la tierra, muchos habilitan mayores niveles de maldad, codicia e injusticia en la tierra, mayor opresión a los débiles y menos incentivos para seguir a Dios.




Hay que enfocarse en aportar a proyectos que traigan el Cielo a la tierra. Pero,

¿Qué quiere decir eso realmente?


Traer el Cielo a la tierra es transformar algo en la tierra para que se parezca al Cielo. En el Cielo no hay enfermedad, ni pobreza, ni injusticia, ni opresión, ni condenación, ni muerte, ni dolor. Cualquier proyecto que genuinamente busque quitar esos terribles flagelos para tener algo más parecido a lo que hay ahí es bueno y ayuda a hacer el Reino de los Cielos a avanzar. Obviamente dentro de los límites de la Palabra de Dios y de la guía del Espíritu Santo.


¿Cuántos proyectos o ideas hemos dejado escapar por no querer incomodarnos, porque no se tratan de nosotros, porque no nos ayudan en nuestras metas individuales?



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