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#CELEBRAYAMALOTUYO

Último mandamiento de nuestra serie de los 10 mandamientos!


Esta serie ha sido fantástica y sabemos que será de bendición para muchos ahora y en el futuro.



No codiciar no significa que no podemos admirar a otros, o querer alcanzar lo que ellos han alcanzado, e incluso tomarlos de ejemplo.


Es desear específicamente lo que el otro tiene, es tener sentimientos negativos y querer acabar con su alegría por tener x o y bendición.


Es interponerse entre la persona y su bendición, violando el límite de admiración o respeto para pasar una amargura, crueldad o resentimiento hacia el otro.


Claramente esto se aplica desde lo físico y material, queriendo opacar el logro de una nueva casa o carro de otra persona para arrancar la felicidad de su momento. Sentir odio, desprecio o envidia por la promoción de alguien en su trabajo. Criticar o hacer sentir mal a alguien por las cosas que tiene.


También es aplicable en un nivel más emocional.

Existen casos de personas que intentan acabar matrimonios, o indisponer a las personas en el lugar de trabajo, dividir familias o maquinar maldades para interferir en amistades.


No hay nada malo en aspirar lograr algo, pero está mal tener deseos o sentimientos negativos hacia alguien por lo que tiene o lo que logra, o hacia uno mismo por no tenerlo.


La Biblia en este mandamiento habla del buey, de la casa, y de la esposa. Esto habla del trabajo, los bienes materiales y las relaciones. Muchas personas se permiten desear el esposo de alguien más, u odiar a alguien que es bueno en su trabajo o incluso desear que algo malo suceda a las pertenencias de otro. Incluso el cuerpo de otra persona, obsesionarse por tener el aspecto de alguien más no es sano e invita en nuestra mente líneas de pensamiento auto destructivas en las que despreciamos lo que tenemos. Hay personas que permiten a su mente fantasear con quitar de en medio a alguien para simplemente entrar y vivir su vida. Estos son pensamientos completamente negativos que llevan a emociones y a acciones de destrucción.


Podemos admirar o respetar e incluso seguir como ejemplo pero codiciar no, es una actitud obsesiva, necia y pobre de espíritu que nos roba la oportunidad de experimentar la historia única y personal que Dios diseñó para nosotros. La Biblia dice en efesios que Dios preparó obras de antemano para que caminemos en ellas. Cada quien tiene su camino y sus propios logros por alcanzar, relevantes para el propósito especial con el que fuimos creados.


No hay ningún mérito en abandonar, despreciar o aborrecer lo propio para codiciar lo de otro. Esto sólo trae frustración, tristeza, amargura, y estancamiento.

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