#NUEVAMODA

Primer post del año 2021!!!!

Queremos poner de moda el amor, por eso vamos a hablar de un mandamiento que impide que el amor sea algo a lo que todos aspiremos: el adulterio.

Cometer adulterio está basado en romper ese vínculo sagrado del matrimonio. He podido leer en la Biblia cómo Dios habla de sí mismo como el novio y de la Iglesia como la novia.

ÉL nos dejó el matrimonio para ver que hay cosas que se deben guardar y proteger para compartirse sólo entre una pareja casada, además de mostrarnos cuánto significamos para el. Que esta sea la oportunidad para saber cómo se siente Dios cuando ve que hacemos de cosas o personas nuestros dioses. Al mirarlo de esta manera se vuelve evidente que hemos roto el corazón de Dios.

De estas cosas por guardar en una pareja casada está la intimidad sexual, y también la vulnerabilidad emocional que sólo se debe vivir en ese espacio. Pero seguramente tú te has cruzado con series, películas y canciones que abogan por el adulterio como algo interesante, como una aventura, o incluso lo muestran como algo inevitable. Como si fuera algo absolutamente normal y justificable, si el matrimonio es lo suficientemente inconveniente para nuestros deseos e intereses personales. Sé que muchos lo normalizan al pensar que coquetear con alguien del trabajo (work wife - work husband), y tener un vínculo emocional exagerado con alguien más son situaciones comunes y corrientes.

Al normalizarlo también normalizamos la infidelidad hacia Dios si nuestra vida es lo suficientemente aburrida, o triste, o incómoda para seguir vinculados a El.

Ahora, cometer adulterio supone un muy mal trato, un abuso, y una manera muy baja de hacer sufrir a otra persona. Es una violación a la confianza, que implica una crueldad hacia la otra persona y una frialdad hacia las consecuencias que otros pueden sufrir por nuestras acciones. Es simplemente echar por la borda el compromiso que adquirimos con la otra persona.

No hace parte de la voluntad de Dios decir que la situación que te rodea excusa la infidelidad.

Se puede ser infiel dentro y fuera del matrimonio, mientras estamos en la soltería nuestro compromiso es con Dios únicamente, a Él le debemos nuestra fidelidad. Si nos acostumbramos a ser fieles a El, podremos mantenernos fieles en el matrimonio, porque aunque seamos tentados a ser infiel a la otra persona seguiremos fieles por el pacto que tenemos con Dios.

El vínculo matrimonial es un pacto que no debe ser roto.

Imagina una sociedad en la que el adulterio no fuera tan normal. No habrían tantos niños sin uno o ninguno de sus padres, muchas personas tendrían menos traumas de su niñez. Debemos pensar en qué pasaría en una sociedad donde todos los papás y todas las mamás fueran ejemplo de amor y respeto para sus hijos, en vez de ser ejemplos de lo terrible que puede ser confiar en alguien que eligió ser infiel.

¿Cómo serían nuestras naciones?

Con seguridad las personas que perseveran en su matrimonio hasta el final sin cometer adulterio tienen un carácter mucho más sólido que quienes no lo hacen. La mayor oportunidad para crecer en un nivel personal está arraigada a construir una familia y mantenerse fiel a ella.

Estas cosas explican por qué se ha devaluado el matrimonio y con ello la aspiración de llegar a tenerlo. Las estadísticas de divorcio y las secuelas del adulterio quitan todo incentivo de querer intentarlo. Cada vez más vemos que las edades promedio para casarse han ido en aumento, no es una coincidencia.

Podemos analizarlo en culturas. En el Reino Unido por ejemplo luego del siglo 20, con todos los escándalos sexuales de la monarquía, ha variado de manera drástica la percepción del valor del matrimonio.

Las personas casadas no solo deben ser fieles por Dios y por su cónyuge sino por quienes los miran, quienes se dan cuenta de las promesas rotas. Si adquirimos el compromiso del matrimonio con esa seriedad de rendir cuentas a Dios, al cónyuge y a los testigos tendremos mucho más chance de lograrlo.

Imagina una sociedad en la que todos los cristianos decidan ser ejemplo de perseverancia en sus matrimonios y restauren la fe de las nuevas generaciones en el amor de corintios. Ese que todo lo soporta, todo lo perdona y no lleva cuenta de los errores para escapar.