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#DARDECOMERALHAMBRIENTO

Comer es importante, de hecho es esencial para poder disfrutar la vida.




Una vez hice un curso de cosmovisión bíblica, en el que aprendí algo clave: no se puede pretender que alguien esté dispuesto a ir a la iglesia, criar una familia, pagar impuestos, y debatir todos los temas importantes de la sociedad si no come desde hace 20 horas.


No que comer sea lo más importante, pero en la vida de una persona que tiene hambre es lo más urgente. no hay prédicas de "no solo de pan vivirá el hombre" que hagan dejar de oír al estómago rugir. Ese verso es para nosotros, los que de manera voluntaria decidimos ayunar y crecer espiritualmente.


Habiendo hecho esa sectorización ("nosotros") quiero que recuerdes la última vez que sentiste hambre. Si estás leyendo estas palabras, a través de tu celular o computador, con banda ancha para alcanzarlas, entonces puedo aventurarme a decir que no tuviste que esperar 20 horas para volver a comer, desde el momento que la sentiste. A menos que estés en ayuno intermitente o algo así.


Y es esa condición, la de las 20 horas involuntarias de ayuno, de la que nos olvidamos fácilmente. En un tiempo como este, en el que estábamos ocupados, encerrados, aislados, como para pensar que en las calles seguían personas hambrientas.


Creo que una de las funciones de la iglesia es dar pan al hambriento, lo dice el salmo 146, y lo dicen muchos otros pasajes. La vida de un hijo de Dios debe incluir la búsqueda intencional de oportunidades para dar a otros. No digo que sea el centro de tu vida, o que cometas algún acto de irresponsabilidad con tu presupuesto. Pero en la medida de lo posible, desde lo que te nazca de corazón: sé generoso, da con alegría.



Tú puedes hacerlo sin necesidad de que te lo pidan en la iglesia, no tiene que ser algo coordinado, y súper estratégico. En nuestra casa, mi mamá destinaba una porción del mercado para repartir, y se acercaban personas a la casa y se los dábamos por la ventana. No debes hacer el bien porque te lo impongan, sino porque te nace.


Ahora, no hay nada más bonito que hacer esto en grupo, puedes promover que esto sea hecho en tu iglesia.


En la nuestra, Ríos de vida, hemos visto un bello ejemplo de esto. Hay 2 iniciativas que te quiero compartir por si no encuentras la manera de dar al hambriento.

  1. El granero de don Alfre: tiene la intención de recoger alimentos no perecederos para regalar mercados.

  2. El comedor de doña Luisa: tiene la intención de regalar almuerzos a las personas que se encuentren en sectores vulnerables de la ciudad.

Para nosotros ha sido una bendición pues ya las personas no tocan nuestra puerta a cualquier hora y además estamos ayudando primeramente a los hermanos de la fe.


Aquí te dejo el link para que puedas hacer una donación


Sin embargo, desde donde estés y como puedas será maravilloso que seas tú las manos que Dios utilice para darle comida al hambriento.

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